martes, 19 de marzo de 2013

¿TIENES CINCO DUROS?


Las salas recreativas de los años ´80 y ´90 fueron una zona de diversión exclusiva para niños y adolescentes.
Recuerdo un local bastante vacío sin ningún tipo de decoración, sólo las pintadas de algunos pequeños artistas y sus nombres grabados entre corazones.
Era un sitio con poca luz y bastante humo donde sonaban las canciones de moda, una y otra vez, en un viejo radiocasete unido a dos altavoces. Las dos paredes laterales y el fondo, lleno de máquinas en hilera. 
Había un baño, estaba bastante desatendido ya que, la puerta no trancaba, no había luz, ni espejo, ni jabón, ni toalla, ni papel.

En la entrada, una barra donde alquilaban películas vhs, cambiaban las monedas, vendían todo tipo de golosinas, helados, bollos etc. También allí, hemos comprado nuestro primer cigarrillo al módico precio de 15 pesetas, y fumábamos escondidos entre dos máquinas y a continuación, lo apagábamos en el cenicero del futbolín.

Los juegos más cotizados eran Thunder Hoop, Pang, Mario Bross, Donkey Kong, Los Simpsons, Tetris, Pacman, Puzzle bobble, Snowbros y Street Fighter, entre otros.

Una leyeda negra, fue un curioso juego que arrasó en Estados Unidos de nombre Polybius, se retiró meses después. Los jugadores denunciaban que te volvía loco, provocaba ataques epilépticos, psicosis, pesadillas, tendencia al suicidio y en tu casa se producían sucesos paranormales. Nunca se probó que el juego existiera, los que en esa época jugaron a Polybius no lo recuerdan, o lo recuerdan vagamente, debido a que también producía pérdida de la memoria. 
Hoy, es muy fácil encontrar una copia de la demo del juego por Internet, donde se pueden contemplar mensajes subliminales. Se tiene "conocimiento" de la muerte (tras un ataque epiléptico) de un jugador, lo que motivó, a la inmediata retirada de la máquina de los lugares en que se instaló, pero todos los datos sobre él también desaparecieron.

Quedamos en los recre.


π 3,14159265


Llegué al mundo a la hora de comer de un 12 de octubre, hace 28 años. No nací en el hospital, sino en el transcurso del viaje en coche que me llevaba a él.
En mi certificado de nacimiento, dice que nací en Soria, aunque, la mayor parte de mi vida la he pasado en mi pueblo, en El Burgo de Osma.

Por nacer tal día, mis padres me llamaron Pilar, más bien, Mª del Pilar… 
¡Qué poco me gustan los nombres compuestos!

De pequeña, algunos familiares cercanos y amigos, me llamaban Piluchi. 
De "mayor" me llaman Pily, Piluki, Pilarín, Pilicija, y otros, me llaman Pi. 
También alguno que otro me llama "Porke tu lo digas"

Personalmente el que más me gusta, y creo que me define mejor, tiene dos letras; Pi.
Quién me llama así, son personas que aparecieron en  mi vida a partir de bachillerato. En mi carnet de estudiante, tuvieron el detalle de darme como número de expediente el 314. Esto, sumado a mi nombre, provocó que de repente, mis compañeros y amigos empezaran a llamarme Pi (π).

A partir de aquí, empecé a firmar mis dibujos, cuadros etc. con el símbolo de "π"
Es un número que le he cogido cariño, y espero que siga siendo una constante en mí, ya que, yo quiero seguir siendo una constante para él.
Sé muchas cosas sobre este número, pero lo más singular es, que si divides el número de abejas hembras por el de machos de cualquier panal del mundo, siempre obtendrás el mismo número: 
3,14159265… 



lunes, 18 de marzo de 2013

SIN TRAPOS SUCIOS


En algunas ocasiones quisiéramos dejar al descubierto, sólo nuestros ojos. Otras, no nos importa estar desnudos.
En la historia del cine, la actriz Hedy Lamarr en 1933, protagonizó el primer y más escandaloso desnudo femenino, donde durante 20 minutos, aparece completamente desnuda en “Éxtasis”. La película narra la relación de una joven, casada con un viejo impotente. Fue un éxito comercial en los países donde no se censuró, y sirvió, para que Lamarr fuera reclamada en Hollywood.

Desde ese primer desnudo hasta nuestros días, ha variado mucho la forma de hacerlo y entenderlo. Hay quién se desnuda por placer, exhibicionistas, los que enseñan su cuerpo por trabajo, y los que son víctimas de alguna broma de mal gusto y son obligados a lucirse, despojado de sus ropas, por cualquier lugar. Existen las playas nudistas donde los libres de espíritu, pueden pasearse como Dios les trajo al mundo, sin ser, la comidilla de nadie. También hay una gran cantidad de revistas que te pagan por ello, y bien.

Una vez, hubo un concurso para artistas, en una conocida taberna de la capital Lituana. 

No era un gran concurso, el premio fue una botella de aceite italiano y regalos de tiendas típicas del país. 

Durante el concurso, con cada consumición podías votar para elegir ganador. 
Ese día algunos amigos y yo nos presentamos y bebimos, claro está.

Las dos propuestas seleccionadas resultaron ser una acuarela de un paisaje y una foto de un desnudo. 
Por ello, el organizador dejó jugar a la suerte y la siguiente persona en entrar al establecimiento decidía, quién se llevaba el premio.

Pasados cinco minutos una pareja entró, y sin más, tuvieron que elegir una de las dos propuestas. La elegida fue el desnudo, y el motivo, por que les gustó mas.
La propietaria del desnudo era yo, y así me lleve la botella de aceite italiano jaja, pero también aprendí, que aún en el siglo XXI no hay mejor cosa que desnudarse para ganar un premio…



jueves, 14 de marzo de 2013

SUBWAY


Incluso antes de nacer, incluso, antes de existir los medios de transporte, mi medio preferido fue el tren. A pesar de eso, en mi infancia recuerdo haber montado en el tren de la bruja algunas veces, pero pocas, en uno de verdad.
A día de hoy suelo usar el metro. Al punto de la mañana la estación se encuentra tan intacta que huele a limpio, los pasajeros, taciturnos, recorren sus pasillos inconscientemente inmersos en sus pensamientos, llegar y encontrar un asiento libre es señal de que el día te irá mejor de lo que esperas.

Hay un tipo de personas, que llegan al vagón con un bolso y una fiambrera, ahora llamada tupper, o su variante bolsa de papel con un bocadillo dentro. Una gran mayoría pasan el viaje escuchando música o jugando con el Iphone, tablet u iPad. Algunos leen libros y otros no hacen nada.

Vieja Estación de Ferrocarril Osma-La Rasa (Soria)
Entre la gente que no hace ninguna actividad, me llama la atención el que lee con poco disimulo, los mensajes de wasap de la persona que tiene a su lado. Ella, con cada nuevo mensaje recibido sonríe y se acomoda más en su asiento.

Los adolescentes fotografían a los tí@s buen@s que se sientan frente a ellos. También está la víctima del invierno, que no para de estornudar y sonarse la nariz. Las señoras mayores sonríen cuando ven un niño pequeño, acaban preguntándole su nombre y su edad, mientras tú, tienes una imagen cercana de su trasero, que ves como se aproxima a ti.

Otro tipo de personas son equilibristas, se sitúan en tierra de nadie, sorprendentemente su cuerpo se mueve de un lado a otro con el vaivén del metro, pero sus pies, en pocas ocasiones se despegan del suelo y cuando lo hacen, es de manera muy brusca, inesperada. Al contrario, muchos jóvenes, acostumbran a sentarse en el suelo. Los tímidos agachan la cabeza, los colgados te miran fijamente una y otra vez, te retan a un duelo de miradas y te verás introducido en una conversación absurda e innecesaria.

Algunas personas aprovechan para echar una cabezadita y curiosamente se despiertan en su parada. Tienen un don. Que decir de aquellos abuelos refunfuñones, que bajan la cabeza cuando algún artista alternativo se entona una canción a capela y a continuación, pide una limosna.
El perdido, es aquel pasajero que no sabe donde va, se acerca tímidamente a los planos mientras frunce el ceño, y algún alma generosa y atenta, le ayuda a encontrar su destino.
Para finalizar, no puedo olvidarme de quienes entran al vagón hablando por teléfono, usan un tono de voz demasiado elevado y mantienen conversaciones con las que se sienten envidiables por el resto de seres. No nos da envidia tu I-phone, ni tu ropa de Armani, ni tu perfume de Chanel, ni que te vayan a pagar el doble en el trabajo, ni que aún no contentos con eso te vayan a dar dos días de vacaciones, porque dinos de que presumes y ...



miércoles, 13 de marzo de 2013

UN HOMBRE A UNA NARIZ PEGADO


Para Charles Darwin, las grandes dimensiones del pico de un tucán tenía un objetivo sexual, era un atractivo para buscar pareja, en realidad, regula la temperatura de su cuerpo como un radiador natural. Es un rasgo que le diferencia del resto de aves.

Cuentan que a través de las facciones de la cara, se puede saber cómo es una persona. Por lo general somos asimétricos, alguna parte de nuestro cuerpo no es de nuestro agrado y pensamos que está desproporcionada. Uno de los rasgos más llamativos es nuestra nariz, según su forma podemos tener las claves del éxito o del fracaso.
Según un grupo de científicos de la Universidad de Iowa (EE.UU) tener la nariz grande es una suerte, las narices con gran tamaño se convierten en la mejor barrera natural y protegen a su dueño de multitud de enfermedades como resfriados o gripes.

Hemos inventado algunas palabras para definir una nariz, como napia, tocha, picota, picaraza, porrón, pimiento etc. A su vez, pueden ser afiladas, respingonas, finas, chatas, largas, gruesas, aguileñas, ganchudas, griegas, huesudas o grandes. Todas ellas tienen algo en común; crece cuando mentimos ¡No es broma! El cuento de Pinocho tenia su parte de verdad, ya que realmente nos crece la nariz cuando mentimos. Nuestro cuerpo produce más sudor del habitual, los vasos sanguíneos de la nariz se rellenan de sangre, de manera que la nariz se hincha. Este cambio, pasaría desapercibido si no fuera porque al mentiroso esa dilatación, le produce un picor que le hace rascarse la nariz, ¡toda ella! de tal modo, ante la duda ¡atención a su nariz!

Una gran cantidad de mujeres afirma, que una nariz grande le parece muy sexi, atractiva y con carácter, por ello les gustan los hombres seguros y de narices prominentes.
Por último mencionar, que existe un dicho en Suramérica que dice "de acuerdo al tamaño de la nariz, así es el instrumento", ahí lo dejo...

¿Quién no tiene un amigo que presume de una gran nariz ?





 ¡Katxena! ¡Sugui! ¡será por narices!



lunes, 11 de marzo de 2013

UNA MIRADA PERDIDA


Pues sí, existe un mundo de fantasía, con seres alucinantes de color azul que nos recuerdan a nosotros mismos con un toque de animal felino, espectacular.
Desde que estos nuevos habitantes fueron descubiertos, no se habla de otra cosa; los niños, sueñan con ser como ellos, las mujeres, en sus encuentros casuales exageran lo que desconocen, una dice “lo que nos queda por ver”  a lo que otra susurra “si no lo veo, no lo creo” mientras cruza su bata delicadamente…

Ignorantes, contemplamos con la mirada perdida a cada uno de estos nuevos seres, son  increíbles, queremos ser como ellos, queremos ser ellos.

SUA, recuerden ese nombre. 
La Caja de Pandora en la mitología griega, era un recipiente que contenía todos los males. En mi viaje a Pandora tuve suerte y por fin, pude decir que estaba en la luna, sí, en la luna ¡En la luna de Pandora!
Allí, los días parecían durar semanas, semanas intensas de nuevos conocimientos, de nuevos rostros, de nuevos nombres.
 ¡Todo pasó tan rápido!

Ya en casa, dejo el abrigo y me tumbo en la cama. A lo lejos escucho repetidas veces: 
"Ha sido un error, ha sido un error" 
Sua se encontraba allí. Ha muerto...

Experimento esa tonta sensación de estar  y no estar, de no saber que decir y darse cuenta, de que, el tiempo pasa y sólo te queda una mirada, todos tus sentidos se paralizan, menos esa mirada ...

¿Por qué fui elegido? me pregunto en la penumbra de mi cuarto mientras fumo un cigarrillo. Pienso en la ilusión con la que vivimos, sufrimos y recordamos, y siento cómo resbala por mis mejillas, entonces, pienso en lo que podría haber sido y no fué, en el quiero y no puedo, en mí y en ella.

 Joven e inocente, llena de vida, de luz, de vida, de color, de vida... esperar que se levante, parar el tiempo, cambiar los hechos, pedir ayuda sin hablar, cerrar los ojos, soñar que estas dormido, pellizcarte para despertar, tener miedo de abrirlos, no poder y tener más miedo, pensar en lo peor, que lo peor sea la verdad y que tu último consuelo, sea ser un mentiroso, volverte loco, ahogarte, vivir en penumbra ...

Paso a paso lo voy a superar, ya estoy bastante mejor, abro los ojos, veo un lápiz y una hoja de papel, veo letras, palabras, no lo entiendo, no puedo entender lo que sucede, ¿qué hago aquí? ¿Quién soy? ¿Qué estoy haciendo? ¿Por qué resbalan lágrimas por mis mejillas? Creo que estoy volviéndome loco, paso a paso lo voy a conseguir.
Ya queda menos…



CULTURILLA GENERAL


Pasear por el monte es un lujo, lo disfrutan quienes viven cerca de él, es decir, la gente de pueblo y de pequeñas urbes alejadas de las aglomeraciones. 
Allí encontramos verdaderos expertos seteros, ellos, son los únicos que saben adoptar esa pose tan peculiar, manos a los riñones y postura encorvada, donde la cabeza va por delante del resto del cuerpo, con los ojos abiertos como platos. 

Un buen setero, guarda con recelo los lugares secretos donde crecen abundantes y buenas setas, níscalos, boletus, amanitas etc, y no desvela nunca, nunca, su ubicación, aunque cierto es, que hoy en día los montes se asemejan a la Via Layetana por la cantidad de gente que desfila por ellos y por la cantidad de aficionados con que cuentan las pequeñas provincias del norte, que ven incrementados sus habitantes y sus manos, los fines de semana, sólo faltan bocas de metro...


Algunas setas se comen una sola vez en la vida

-Eugenio: ¡qué vida! parece que mucho madrugáis esta mañana
-Jonathan: ¡buenos días Eugenio! hemos decidido ir a coger setas 
-Eugenio: bien, bien, ¡que haya suerte!
-Jonathan: ¿algún consejo o recomendación? ya sabe usted, lo que se cuenta en familia, en familia queda.
-Eugenio: ejem, claro, como no, mira, lo imprescindible es una cesta de mimbre, nunca una bolsa de plástico, eso nunca, y una navaja con buen filo. 
-Jonathan: claro, y así algún sitio donde dejar el coche, ya sabe que nosotros no tenemos mucha idea...
-Eugenio: si, si, ejem, pues mira, marcha toda la carretera hasta el final, allí han pintado unos aparcamientos fenómenos, para los turistas.
-Jonathan: ¿y alguna cosa en particular?
-Eugenio: pues te voy a decir una cosa muy importante, no penséis, que ir al monte es como el que va al supermercado, dispuesto a coger todo lo que ve, sólo se cogen las setas, cuando están maduras, sólo cuando están maduras...
-Jonathan: mmm, muy bien, entonces ¿cual es la mejor zona de setas?
-Eugenio: ¡ay hijo, hay muchas! eso es ir andando y fijarse bien en el sendero.
-Jonathan: vaya, que no nos quiere decir donde encuentra usted las setas...
-Eugenio: ¡que barbaridad!, claro que te lo digo, como no... las mejores setas, las encuentro en el monte y los mejores cangrejos, sabes donde los cojo, pues en el río hijo, en el río. Buenos días.