jueves, 25 de julio de 2013

ASCO DE CALOR


Pues sí, hace calor, mucho calor, demasiado para mi gusto. 
Nunca había pasado un verano en Madrid y cierto es, que se necesita paciencia, optimismo y buen humor para llevarlo.
Aquí ni las bicicletas son para el verano, ni los insectos caen muertos sobre mis libros, sino que me pican día y noche.
Madrid es calor de asfalto, como una sartén puesta a máxima potencia sobre una olla a punto de estallar, el calor aprieta, agota y da asco.

Pasas el día deseando que llegue la noche y refresque para poder dormir a gusto pero ni eso, no refresca. Nos acostamos medio en pelotas, sin arropar y con todas las ventanas abiertas. Con este calor nos da igual si entra luz, si se oyen ruidos, si la tv está alta o el perro tiene un mal rato, todo nos da igual, sólo queremos abrir para que entre aire y haga corriente ¡bendita corriente!, y vuelta para un lado, y vuelta para otro, y vuelta otra vez buscando la zona más fresca de la cama.

Al despertar, te acuerdas de que hubo un intervalo de 2 horas en las que no se estaba mal y descansaste mejor, más que nada porque no recuerdas mirar el despertador.

Te levantas y no sabes ni que ropa elegir, de repente miras hacia abajo y ves las botas de invierno ahí, todas amontonaditas, te acuerdas de ese “gustirrinín” que te da ponértelas ¡qué bien!, y vas con decisión a elegir medias o pantalones… pero no, hace calor, mucho calor…

Normalmente usamos unas chanclas, sandalias o unas zapatillas de tela … ahora en verano qué mejor, pero una cosita, hay que tener cuidado con la suela, andar por Madrid no es como andar por Soria, por ejemplo ;)  Si tus sandalias tienen una suela muy fina, te traspasa el calor del asfalto, llegas a notarlo en tus pies y como sigas andando llega un momento en que te obsesionas y piensas que vas descalzo por la arena de la playa a 40 grados, así dando saltitos, y dices, ¡bah! pues ya que estoy aquí voy a darme un chapuzón... miras al frente buscando el mar y ves un edificio en obras lleno de andamios y redes verdes del cual te estás tragando el polvo. Ahí es cuando ¡zas! y te das cuenta de que lo que estás es hasta los h. del p. calor de m.i.e.r.d.a.






No hay comentarios:

Publicar un comentario