martes, 14 de mayo de 2013

HUELE A MARRÓN


En la vida existen dos tipos de personas, las que alguna vez han pisado una mierda y las que no. 
Es una situación brutalmente asquerosa.
Una vez en el zoo de Buenos Aires, hubo una pelea entre líderes sindicales. Un comisario, al haber perdido su pistola, lanzó su bota llena de mierda a los enemigos y éstos desaparecieron cagando leches.


Al salir, indicó a los periodistas que “todo fue por pisar mierda” y éstos comenzaron a decir que pisar mierda era algo bueno.

Si es así, podemos considerarnos unos afortunados. Caminamos por el campo con chanclas, nos tumbamos por cualquier sitio y encima, una gran mayoría tenemos pueblo, (superficie llena de mierda de todo tipo de animal, ya sean mamíferos, vivíparos, velociraptor ...) 

Paseamos a nuestras mascotas para que hagan sus necesidades, y si nadie nos mira, lo dejamos ahí, prescindiendo del contacto con la bolsa verde de plástico y evitando el calor que desprende al rozarlo con los dedos de la mano. Es abono o alguien lo pisará, es el destino, es algo bueno.

Llevar encima un trébol de 4 hojas, una herradura, un complemento de ropa nuevo, tirar monedas a una fuente, frotar la joroba de un jorobado, cruzar los dedos, tocar madera o llevar una pata de conejo, también son buen presagio, aunque, si la suerte no está de nuestro lado por  ser un gafe, un soplagaitas y un cenizo, seguramente la tostada caerá por el lado de la mantequilla, llegarás al teléfono justo a tiempo para oír como cuelgan y cuando te enciendas un cigarro aparecerá el camarero con la comida.

Para encontrar un buen destino hay que ser audaz, aprovechar las oportunidades, darse cuenta de las situaciones beneficiosas, ser prudente y reflexionar antes de tomar una decisión importante, porque, en la vida las oportunidades pasan rápido, si no corres ningún riesgo te apegas a lo conocido, te lo piensas demasiado antes de actuar y es posible que cuando quieras reaccionar… haya pasado tu momento.

Que la mierda os acompañe.


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